junio 23, 2011

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO, CORPUS CHRISTI


El domingo día 26, y hoy jueves en algunos lugares, la Iglesia celebra la Solemnidad del Corpus Christi, la gran fiesta de la Eucaristía. Con esta fiesta, que hunde sus raíces en la Edad Media, la Iglesia celebra una gran verdad: Cristo está real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Cristo Pan Vivo y Verdadero, Pan de Vida eterna bajado del Cielo para que el ser humano, sediento y hambriento, se alimente de Verdad. Adoremos postrados este sacramento. Recibámoslo con fervor y con mucho amor. Hoy en la Parroquia habrá, tras la Misa de 20:30, un Acto de Alabanza y Desagravio al Santísimo Sacramento. Y el Domingo con nuestro Párroco y fieles acudiremos a las 11:00 a la S.I. Concatedral de Santa María a la Misa Solemne Pontifical, presidida por el Sr. Obispo, y después a la Procesión. El Estandarte de la Cofradía estará en la Procesión del Corpus. En la Parroquia solo habrá Misa a la 1. Santo Tomás de Aquino, dominico, el gran cantor y Doctor de la Eucaristía, nos ha dejado hermosísimos textos para reflexionar sobre este Augusto Sacramento. Os dejamos este:

Te adoro con fervor, deidad oculta,
que estás bajo de estas formas escondidas;
a ti mi corazón se rinde entero,
y desfallece todo si te mira.
Se engaña en ti la vista, el tacto, el gusto.
Mas tu palabra engendra fe rendida;
cuanto el Hijo de Dios ha dicho, creo;
pues no hay verdad cual la verdad divina.
En la Cruz la deidad estaba oculta.
aquí la humanidad yace escondida;
y ambas cosas creyendo y confesando,
imploro yo lo que imploraba el ladrón arrepentido.
No veo, como vio Tomás, tus llagas,
mas por su Dios te aclama el alma mía:
haz que siempre, Señor, en ti yo crea,
que espere en ti, que te ame sin medida.
Oh memorial de la pasión de Cristo,
oh pan vivo que al hombre das la vida:
concede que de ti viva mi alma,
y guste de tus célicas delicias.
Jesús mío, pelícano piadoso,
con tu sangre mi pecho impuro limpia,
que de tal sangre una gotita puede
todo el mundo salvar de su malicia.
Jesús, a quien ahora miro oculto,
cumple, Señor, lo que mi pecho ansía:
que a cara descubierta contemplándote,
por siempre goce de tu clara vista. Amén.

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