Isabel Flores de Oliva nació en Lima en 1586. El nombre de Rosa es de origen popular, debido a su singular belleza, al que ella añadió "Rosa de Santa María". En 1606 profesa en la Orden Seglar Dominicana viviendo casi siempre recluida y penitente en la casa de sus padres, pero con un celo especial por la obra misionera de la Iglesia. Tuvo una gran devoción a Santa Catalina de Siena a la que imitó en su entrega total a Cristo y a la Iglesia. Preclara por su humildad, paciencia y celo por la salvación de los demás, a imitación del Santo Padre Domingo. Decía que quería hacerse "cal y piedra" para tapar las puertas del infierno. Su devoción a la Virgen por medio del Santísimo Rosario y a la Eucaristía fueron dos aspectos sobresalientes de su vida espiritual. Llena de méritos y buenas obras, extraodinaria en su caridad hacia los más necesitados, murió en a los treinta y un años en 1617.Su cuerpo se venera en la Basílica dominicana del Santo Rosario de Lima y descansa junto a los restos de dos contemporáneos suyos, santos dominicos también, con los que tuvo una gran amistad: San Martín de Porres y San Juan Macías. Fue beatificada en 1668 y canonizada en 1671. Es la primera flor de santidad de América y desde 1670 es patrona principal de América Latina.
Santa Rosa ruega por nosotros y por nuestros jóvenes.
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