febrero 04, 2010

Santo Domingo de Guzmán

Santo Domingo de Guzmán, el hombre enamorado de la Palabra de Dios…

Biografía de Santo Domingo


1170 Nace en Caleruega (Burgos), en la Castilla de la Reconquista. Sus padres son el Venerable Félix de Guzmán y la Beata Juana de Aza.

1176 Recibe su primera instrucción en Gumiel de Izán, de su tío el Arcipreste. Primer contacto con la vida clerical,

1184 Realiza estudios en Palencia. En una hambruna que azotó la región, mostró su caridad y compasión vendiendo sus libros y repartiendo el dinero entre los necesitados.

1191 Canónigo en la Catedral de Osma. En Osma se ejercitó en el silencio, la oración, la celebración litúrgica y la vida comunitaria.

1203 Viaje diplomático al norte de Europa para llevar a cabo un encargo del rey de Castilla, en compañía de su amigo el obispo Diego de Osma. Fue toda una experiencia decisiva para su vida. Conoció la herejía en el sur de Francia y sus desastres, y también la agresividad de los paganos frente a los predicadores de la fe cristiana. En adelante sólo sabrá ser predicador.

1204 Viaje a Roma para hablar con el papa Inocencio III. Domingo quiere dedicarse sólo al anuncio del Evangelio. Será “predicador de la gracia”.

1206-1215 Permanece en el sur de Francia, junto con Diego de Osma, predicando el Evangelio. Estos años fueron la fragua del predicador que fue Domingo y de la Orden de Predicadores que él fundó. El Obispo Diego muere en 1207 y Domingo queda solo al frente de su obra de predicación.

1205 Funda el convento de las monjas de Prulla, con las mujeres conversas de la herejía. Son las primeras “monjas dominicas”. Son de clausura, pero su convento se llama “casa de predicación”. Se convierte en el hogar de Domingo y sus colaboradores. Todavía no había fundado la primera comunidad de frailes.

1215 Concilio IV de Letrán. Prohíben fundar nuevas órdenes religiosas. Pero Domingo, ayudado por el obispo Fulco de Tolosa, insiste ante Inocencio III para fundar una Orden de Predicadores. Al papa le parece bien y para no contradecir las decisiones del Concilio pide que escojan una de las Reglas de Vida Religiosa ya existentes. Domingo escoge la Regla de San Agustín, ya conocida por él y muy apropiada para el ideal de su Orden.

1216 El 22 de diciembre Honorio III, nuevo papa, confirma la Orden fundada por Domingo de Guzmán, la Orden de los frailes Predicadores.

1217-1221 Roma, Bolonia, Tolosa, Prulla, España, París, Viterbo, Roma… Siena, Florencia, Bolonia, Venecia, Bolonia… La vida se le va entre viajes, fundación de nuevos conventos, organización de la Orden y sobre todo su gran pasión: la predicación del Evangelio.

1221 Día 6 de agosto: muere en Bolonia. Los expertos dicen que murió agotado, exhausto a causa de tanto trabajo por la causa del Evangelio.

1234 Día 3 de julio: Gregorio IX lo declaró santo canonizándolo, algo que ya era sabido por quienes le conocieron en persona.


El sueño de su madre, la Beata Juana de Aza…

Caleruega en el siglo XII era una pequeña aldea castellana del territorio de Burgos. Los Guzmanes, familia de noble estirpe, vivían allí en un sobrio castillo. Juana de Aza, noble castellana casada con Félix de Guzmán, esperaba un hijo. Una noche tuvo un sueño extraño. Vió un cachorro blanco y negro con una llameante antorcha en la boca que incendiaba el mundo. La noble dama, sobrecogida, marchó a Silos a orar ante la tumba del Santo Abad, Domingo de Silos, para pedirle que le ayudara a entender el significado de aquél misterioso sueño. El Santo Abad le habló en la oración y le interpretó el sueño: “Tendrás un hijo que con su santidad y doctrina incendiará el mundo…” Nació el niño y agradecida la Beata Juana al Santo de Silos puso a su hijo el nombre de Domingo. En su frente vio brillar un estrella limpia y luminosa…Este sueño de su madre es la razón por la que Santo Domingo de Guzmán aparece en sus imágenes con un perro a los pies. Este perrito es símbolo de su vida como fiel e incansable predicador del Señor.

Perfil humano y espiritual de Santo Domingo…

(Descripción del Beato Jordán de Sajonia, contemporáneo de Sto. Domingo y primer sucesor suyo en el gobierno de la Orden)

Santo Domingo, servidor del Señor

Había en él algo mucho más resplandeciente y grandioso que los milagros. Era limpio de conducta, estaba impulsado por tal ímpetu de fervor divino que, sin ningún género de duda, quedaba patente que era una vaso de honor y de gracia…Mantenía la firmeza de ánimo en aquellas cosas que comprendía, tras madura deliberación, eran voluntad de Dios…

Santo Domingo, hombre compasivo

Tenía una igualdad de ánimo muy constante, a no ser que se conmoviera por la compasión y la misericordia hacia el prójimo. Daba cabida a todos los hombres en su abismo de caridad: como amaba a todos, de todos era amado. Hacía suyo el lema de alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran. Inundado como estaba de piedad, se prodigaba en atención al prójimo y en compasión hacia los necesitados.

Santo Domingo, hombre de fe y de oración

De día nadie más cercano y afable que él en su trato con los frailes y con los compañeros. De noche nadie tan asiduo a las vigilias y oración. Dedicaba el día al prójimo y la noche a Dios. Era costumbre muy arraigada en él la de pasar la noche en la Iglesia orando. Solo hablaba con Dios o de Dios.

Santo Domingo, hombre de estudio y de reflexión

Se preparaba para la Misa durante largo tiempo. Siempre llevaba consigo el evangelio de San Mateo y las cartas de San Pablo. Y estudiaba mucho en ellos, de tal manera que casi los sabía de memoria.

Santo Domingo, sencillo y pobre

Otra cosa le hacía amabilísimo a todos: que procediendo siempre por la vía de la sencillez, ni en sus palabras ni en sus obras se observaba el menor vestigio de doblez o ficción. Verdadero amigo de la pobreza, usaba siempre vestidos pobres y rechazaba todo tipo de manjares.

Santo Domingo, predicador del Evangelio

La alegría brillaba siempre en su cara como fiel testimonio de su buena conciencia. Con ella se atraía fácilmente el afecto de todos; cuantos le miraban quedaban de él prendados. Donde quiera que se hallara, siempre tenía palabras de edificación y abundaba en ejemplos con los cuales inclinaba los ánimos de los oyentes al amor de Cristo. En todas partes sus palabras y sus obras revelaban el varón evangélico. Era diligente y solícito en predicar. Predicaba la Palabra de Dios todos los días.

Descripción de la Beata Cecilia…

La Beata Cecilia Cesarini (1200-1290) conoció a Santo Domingo en Roma e hizo profesión religiosa como monja dominica en sus manos. Nos dejó una descripción preciosa del semblante de Santo Domingo:

“La forma exterior del bienaventurado Domingo era así: mediana estatura, delgado de cuerpo, rostro hermoso, un tanto bermejo, cabellos y barba suavemente rubios, ojos bellos. De su frente y de las cejas salía cierto resplandor, que seducía todos y los arrastraba a su amor y reverencia. Siembre estaba con semblante alborozado y risueño, a no ser cuando se encontraba afectado por la compasión de alguna pena del prójimo. Tenía largas y elegantes manos y una gran voz, hermosa y sonora. Nunca fue calvo, y conservó siempre el cerquillo íntegro, entreverado de algunas canas…”




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